Larga es la lista de lugares y emplazamientos con un encanto
propio de relatos antiguos en nuestras islas, desde montes que recogen el eco
del tiempo hasta playas con sucesos insólitos sobre sus aguas, ya que la
tradición de canarias se sienta sobre una tierra mágica y misteriosa.
Uno de estos lugares con encanto e historia propia se
encuentra en Tenerife, mas exactamente en La Orotava , donde se encuentra una pequeña fuente
conocida por los lugareños como “Fuente Vieja”, rebautizada posteriormente por
investigadores (como es el caso de Fernando Hernández, gran conocedor del
legado aborigen en las islas), que han manejado de primera mano el misterio, como
la “Fuente de los Maxios”, ya que converge la historia del enclave con el término
aborigen "Maxio"en cuestión, refiriéndose a las almas o entes de los
antepasados de canarias anclados a diversos lugares de culto o poder. Dicha
fuente se puede visitar sin ningún tipo de inconveniente ya que hasta hace poco
incluso los vecinos se provenÃan de agua de dicho manantial; pero no es el uso
que le dan los lugareños a la fuente lo que nos atañe, sino la historia que alberga.
Según cuenta la leyenda, dicha fuente alberga una entidad
aparentemente no humana. Su existencia se encuentra datada en un documento
inquisitorial de los años 1960-1970, el cual aun se encuentra en el Museo
Canario. A la entidad se le ha otorgado de múltiples procedencias. Una de ellas
cuenta que es el alma de un guanche encantado, que tras acabar con su
existencia en las medianÃas acabó atado intrÃnsecamente al lugar por alguna
cuenta pendiente, (de ahà que ala fuente también se la conozca como “La del
guanche encantado”). Esta tradición se mantuvo durante siglos, por lo que
quizás incluso en épocas de nuestros antepasados aborÃgenes ya dotaran al lugar
de la existencia de algún espÃritu afÃn a la fuente.
Otra explicación que se le ha intentado dar es la de ser una criatura
incorpórea invocada por una bruja en los procesos de la inquisición que data el
documento oficial anteriormente nombrado.
Se relata que un joven fue testigo del procesamiento de una de las
brujas, la cual antes de morir declaró “que poseÃa un amigo, espÃritu de almas
muertas que quedo en la isla, que no podÃa quedarse sin herencia en vida o
muerte”, refiriéndose al alma del lugar con la que posiblemente contactaba,
maldiciendo el lugar hasta que esta viese cobrada su herencia.
Sea cierta o no la existencia de la entidad paranormal en el
lugar, asà como sus posibles avistamientos por los lugareños durante los consiguientes
años, es digna de mención lo calada que esta en la memoria colectiva y cultura
de nuestra tierra esta historia, dado que, durante años, se sigue la tradición
por algunos de poner alguna cruz y flores en las medianÃas del lugar para
honrar la presencia y recuerdos de estas almas que, como en muchos otros
lugares de nuestras islas, llenan de magia nuestra historia.
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